Buenas noches a todos, les dejo aquí un texto y un vídeo
muy interesante, dividido en dos partes, que me compartió Jose, un amigo
de este grupo, amigo personal y compañero de aventuras en lo que a ley
de atracción se refiere. Me ha parecido super interesante
y por eso quería compartirlo con todos ustedes. Es una charla entre dos
médicos, con muchísimos conocimientos sobre ley de atracción, sobre
como funciona nuestra mente y de que manera influyen nuestros
pensamientos y actitudes en nuestra vida. Espero que les guste, un
abrazo para todos y feliz comienzo de semana.
Los pensamientos curan más que los medicamentos
El científico Bruce Lipton reclama una nueva medicina, la que tenga en
cuenta la energía por su capacidad para curar. Nos dan medicamentos para
la enfermedad, pero esto causa muchos problemas en el cuerpo. Porque
esta medicina basada en la farmacología no entiende cómo está
interrelacionada toda la bioquímica del organismo. Cuando tomo una
pastilla química y la introduzco en mi cuerpo, no solo afecta a aquel
lugar donde tengo el problema, sino que afecta a muchas otras cosas a la
vez. Son los llamados "efectos secundarios".
Pero, en realidad,
no son secundarios sino directos. No entienden que el efecto de las
drogas no solo crea un efecto sino múltiples. Según las estadísticas en
EEUU, ¡los fármacos matan allí a más de 300.000 personas cada año! Hay
algo que no funciona en la ciencia médica. Hace algunas cosas bien, como
la traumatología, pero está matando a mucha más gente de la que ayuda.
¿Y qué ha descubierto sobre las células pero que no tiene en cuenta la medicina?
Yo
ya trabajaba con ellas en los años 60. Fui un pionero porque en esa
época había muy poca gente trabajando en ello. Y un experimento que hice
en esa época cambió la idea que tenía del mundo. Entonces, la pregunta
es muy sencilla, ¿qué controla el destino de las células? Todas eran
idénticas, lo único que era diferente era el entorno. Cuando cojo
células sanas y las coloco en un entorno nocivo, la células enferman y
mueren. Si un médico las mirara, diría: "¿Qué medicina hay que darles?"
¡Pero no hace falta ninguna medicina! Les cambias el entorno nocivo, las
colocas en uno sano y saludable y las células sanan. Los humanos somos
una comunidad de 50 trillones de células, por tanto, la célula es el ser
viviente y la persona es una comunidad.
¿Cuál es el entorno de la célula que hay que cuidar?
Dentro
de mí hay 50 trillones de células y el entorno celular para nosotros es
la sangre, por ello la composición de la sangre cambia el destino de la
célula. ¿Y qué controla la sangre? Pues el sistema nervioso, que crea
una química diferente según el sistema exterior. La célula y el ser
humano son la misma cosa.
Por tanto, la medicina culpa a las
células por la enfermedad y trata de cambiar la química de las células,
pero ese no es el problema, el problema es el entorno. Y si cambias a la
persona de entorno, sin medicamentos, el cerebro cambia la química. El
cerebro de la célula y el de la persona leen y entienden el entorno.
En
un entorno sano, ¿nos curamos automáticamente? ¿Así de fácil? No es tan
fácil, porque la mente interpreta. Puede suceder que estemos en un
entorno muy sano y que la mente lo lea como un entorno negativo o
perjudicial. Entonces crea una química que hará a mi cuerpo enfermar. La
diferencia entre la célula y el ser humano es que este tiene una mente
que hace una interpretación y la célula lee el entorno directamente. Si
metes un programa con errores en la mente, entonces la química que
genera no está en armonía con la vida. Y esto nos sirve para entender
cómo funciona un placebo. Cambio mi creencia y pienso que esto me va a
sanar, tomo una píldora porque creo que esto me va a traer salud, y me
mejora y me sana, pero la píldora podría ser de azúcar, en realidad no
ha hecho nada, han sido mis creencias. Y a eso lo llamamos pensamientos
positivos y efecto placebo.
¿Está diciendo que el efecto placebo
"creer que algo nos sanará" es más curativo que un medicamento? Pero no
hay casi investigaciones sobre eso.
Sí, tienes razón. ¿Eres
consciente de que hay más de una manera de hacer energía sin tener que
depender del petróleo? Pero seguimos dependiendo del petróleo porque no
interesa el cambio a los que controlan la energía. Lo mismo pasa con las
empresas farmacéuticas. Venden fármacos y ¿poder sanar sin fármacos es
bueno o malo para la industria farmacéutica? No quieren que sanes sin
comprar sus fármacos.
¿Se puede poner energía en una cápsula?
Si
fuera así, las farmacéuticas intentarían vendértela. Si puedo sanar sin
usar medicamentos, la industria que los produce no gana dinero. El
dinero controla la ciencia.
Explíquenos cómo funciona ese poder que dice que tiene la mente para la autocuración.
He
hablado de que la mente controla: si piensa de una manera, se va en una
dirección y, si piensa de otra, se va en otra. Por ejemplo, cierro los
ojos, los abro y veo a alguien a quien amo. Entonces mi cerebro segrega
dopamina, oxitocina, etc. Lo puedo sentir en mi cuerpo, puedo sentir el
amor, y esa química trae salud a las células.
Por eso, quien se
enamora se siente tan bien. Pero si abro los ojos y veo algo que me
asusta, segrego hormonas del estrés. Y estas hacen dos cosas.
La
primera es que frenan el crecimiento del cuerpo. Porque si me está
persiguiendo un león, necesito toda la energía para poder escaparme, y
mi organismo apaga todo lo que no sea imprescindible para correr más
rápido, así que se paraliza todo lo que tiene que ver con el
crecimiento. La gente no lo sabe, pero tienes que crecer todos los días,
porque, si no, te mueres. Cada día cientos de billones de células
mueren y tienes que ir produciendo nuevas. Cada tres días, el sistema
digestivo renueva sus células, pero si se interfiere con ese
crecimiento, entonces no puedo estar sano porque estoy perdiendo
demasiadas células al día, por eso la quimioterapia hace que se caiga el
pelo y crea problemas de digestión, porque mata todas las células, no
solo las del cáncer.
La segunda consecuencia de las hormonas del
estrés es que se cierra todo aquello que usa energía, y el sistema
inmunitario usa muchísima energía: cuando estás enfermo, te sientes muy
cansado porque tu energía la está usando el sistema inmunitario.
Explíquenos
qué es la medicina cuántica o medicina de la energía. Las hormonas del
estrés apagan el sistema inmunitario, incluso la medicina usa este
efecto en algunas ocasiones. Por ejemplo, si me trasplantaran un
corazón, mi sistema inmunitario lo rechazaría. En esos casos, los
médicos dan hormonas del estrés y eso impide que funcione el sistema
inmunitario. Es tan claro que suprime el sistema inmunitario que lo
usamos como un medicamento. Cuando la persona está bajo estrés, afecta
de dos maneras: la primera es que deja de haber crecimiento y la segunda
es que se apaga el sistema inmunitario.
De esta forma, virus
nocivos pueden atacarme fácilmente. Cuando estás bajo mucho estrés, te
enfermas. Y debo decir que, si tomamos una muestra de sangre de cada
persona, descubrimos que todos tenemos células cancerígenas. Las tenemos
siempre, pero si está funcionando el sistema inmunitario, no pueden
crecer. Una vez que se apaga el sistema inmunitario, proliferan. Es como
el catarro: no tienes que coger el virus, ya lo tienes dentro. Son
organismos oportunistas.
Como decía, la primera razón por la que
la medicina de hoy es cuestionable es porque los médicos no saben cómo
funcionan las células.
La segunda es que la medicina está basada
en la física de Newton. No reconoce la energía, esa parte invisible, las
señales electromagnéticas. Pero, a principios del siglo XX, apareció la
física cuántica, que dice que todo es energía, lo que podemos ver y
también lo invisible.
Si miras dentro del átomo, hay electrones, protones, neutrones.
¿Y qué hay dentro?
Energía.
La ciencia más reciente indica que el cuerpo responde a la física
cuántica, no a la newtoniania. La medicina dice que quiere cambiar la
química del organismo con drogas y la nueva medicina dice que hay que
cambiar la energía. Y esta nueva medicina, la cuántica, es mucho más
poderosa, porque responde primero el campo energético que el físico.
Y eso enlaza con la física cuántica. Si todo es energía, ¿los pensamientos también? ¿Cómo influyen en nuestra salud?
La
mente es energía. Cuando piensas, transmites energía, y los
pensamientos son más poderosos que la química. Así que esto es peor para
las empresas farmacéuticas porque no lo pueden vender. Por tanto, no
les interesa una conexión entre la mente y el cuerpo. Pero es cierto que
las propias creencias se convierten en un campo energético, una
transmisión, y esta se transforma en una señal que es capaz de cambiar
el organismo.
Y así es como funcionaba la sanación antes del
desarrollo de la medicina. La gente sanaba con los chamanes, con las
manos... pero eso no puede vender y por eso la medicina no quiere ir por
ese camino. Y es la razón por la que yo cambié mi carrera. Estaba
enseñando en la universidad que hay que seguir con drogas y sabía que
eso no era verdad.
La medicina lo conoce, pero no habla de ello.
Sabe que el pensamiento positivo, el placebo, puede sanar, y también que
el pensamiento negativo puede matar. En realidad, no es que sea
positivo o negativo, es la manera de pensar. Si el médico te dice que
tienes cáncer, aunque no tengas cáncer, si lo crees, crearás la química
que generará cáncer.
Por tanto, el problema no es tanto el entorno
real sino el que tú interpretas. Por eso no funciona la medicina,
porque no reconoce la ciencia cuántica. No mira hacia ahí porque el
dinero está en otro lado. Usted ha explicado que, en la mente, quien
realmente tiene el poder es el subconsciente, ¿por eso es tan difícil
cambiar hábitos de pensamiento? Es millones de veces más poderoso y más
importante que la mente consciente. Utilizamos el subconsciente el 95
por ciento del tiempo. Pero no lo podemos controlar.
Lo puedes
reprogramar. La información del subconsciente se recibe en los primeros
seis años de vida. Eso que aprendiste en esos años se convierte en el
conocimiento fundamental de tu vida. Por tanto, hay muchos estudios que
demuestran que las enfermedades que tenemos de adultos, como el cáncer,
tienen que ver con la programación y el entorno que vivimos en los
primeros seis años de vida.
Es decir, los niños absorben también
sus enfermedades o sus actitudes negativas, y así se "programa" su
subconsciente. ¡Qué gran responsabilidad para los padres!
La
gente, cuando oye esto, se preocupa, se culpa. Pero no eres culpable si
tú no sabes que el subconsciente funciona así. No lo sabían nuestros
padres, ni nuestros abuelos ni bisabuelos. Ahora bien, cuando lo
entiendes, tienes que cambiar tu manera de vivir, porque entonces sí
eres responsable. Está demostrado que si un niño adoptado vive en su
familia casos de cáncer, en su madurez puede padecer cáncer aunque su
genética sea diferente. Si te enseñaron a maltratar tu cuerpo con mala
información, destruirás el vehículo de tu cuerpo, cuyo conductor es la
mente. El futuro es una mejor educación para los niños, incluso en la
etapa prenatal.
¿Podemos reprogramar el subconsciente para estar más sanos o ser más felices con nuestra vida?
Los
comportamientos que vienen del subconsciente no los percibes y pueden
estar haciéndote daño. Quizás te sientes enfermo y echas la culpa a otra
cosa. Al cambiar estos programas erróneos en el subconsciente, puedes
recrear toda tu vida. Hay varias maneras de hacerlo. Se piensa que,
cuando la mente consciente registra algo, la subconsciente también
filtra esa informacion, pero no es así. La mente consciente es creativa y
la subconsciente trata de todos los hábitos. Si le enseñas al
subconsciente algo diferente, se lo enseñas también a la consciente,
pero no al revés. Por ello, la manera de reprogramar es repetir y
repetir hasta que se crea un hábito. Si leo un libro de autoayuda, mi
mente consciente dice: "Sé todo lo que hay en el libro y lo aplico",
pero la subconsciente no se entera de nada. Entonces, piensas: "¿Por que
sé tanto y todavía mi cuerpo no funciona?". Los pensamientos positivos,
el conocimiento... solo funcionan el 5% del tiempo, pero el 95% son los
hábitos que tengo desde mi niñez. Y esa es la razón por la que los
pensamientos positivos no son suficientes.
Ayudan, pero no ves muchos resultados. Todo sigue igual hasta que no cambias el subconsciente.
Absolutamente,
sí. No hay dos personas iguales, y lo digo desde el punto vista
biológico. Si cojo mis celulas y las tralado a tu cuerpo, no soy yo, el
sistema inmunitario las rechaza. En las células hay como una especie de
antenas en miniatura. Son receptores y algunos son autorreceptores. Tú
tienes diferentes autorreceptores a los míos. Pero los receptores
reciben las señales del entorno.
Si corto esos receptores, la
célula no tiene ninguna identidad, porque no le viene de dentro sino de
fuera. Para explicarlo de forma gráfica, diría que el cuerpo es como un
televisor: mis antenas captan y reproducen el programa televisivo de
Bruce. Esos receptores recogen esa transmisión. Si estoy viendo la tele y
se estropea el tubo de la imagen, ha muerto el televisor, pero sigue la
transmisión. Si ese ser tiene los mismos receptores que tienes tú,
volverás a estar trasmitiendo lo mismo, pero en otro cuerpo. Esto
explica la reencarnación y quiere decir que el cuerpo puede ir y venir,
pero la transmisión siempre está ahí.
Nunca había creído en el
espíritu, pero cuando comprobé esto en la célula, me cambió la vida
entera. La pregunta que me planteé es: ¿por qué esa duplicidad?, ¿por
qué tener un espíritu y un cuerpo? Y la respuesta vino de mis células:
si solo existiera el espíritu, ¿a qué sabe el chocolate? Solo con la
parte espiritual, ¿cómo vivir una puesta de sol? ¿Qué se siente cuando
se está enamorado?
Todas esas sensaciones vienen de las células
del cuerpo, que puede oler, sentir, tener experiencias. Recoge todo eso,
lo transmite al cerebro. Se convierte en vibraciones y lo transmite a
la fuente del ser.
Si se muere mi cuerpo, mi fuente de ser y mi
espíritu tienen la memoria hasta que tenga otro cuerpo. La lección más
importante es que estar vivo es un regalo, una alegría por todo lo que
podemos sentir. Cuando hagamos eso, todo el mundo estará sano.
Por Montse Cano
Parte 1
Parte2
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