Recuerda que si te apetece puedes acompañar esta lectura con buena música, haciendo clic en el reproductor que veras en la columna derecha.
Queridos amigos, ésta es una entrada un tanto especial. Hace tiempo ya, tuve la posibilidad de ver en un programa de televisión a un chico con una historia increíble a sus espaldas.A los 5 años sufrió una mononucleosis, que posteriormente evolucionó hacia una leucemia. El fortísimo tratamiento al cual debió ser sometido Albert, provocó una deficiencia motriz permanente, por lo cual desde hace años su vida trascurre, tal como lo indica en uno de sus libros, sobre ruedas. Desde los catorce años ha viajado por más de 50 países. En 2009 publicó
su primer libro, “El mundo sobre ruedas”. En la actualidad estudia
Filosofía y continúa viajando en auto-stop y sin dinero por el mundo.
Acaba de publicar “Sin fronteras”, una recopilación de sus vivencias por
Sudamérica, África y Japón durante casi dos años, en donde ha sido
“extremadamente feliz”.
Quise hacer un alto en el camino en éste blog para compartir con todos ustedes su increíble historia, sabiendo que muchos miedos, dudas, inseguridades, desconfianza en vuestras capacidades, muchas preocupaciones banales que solemos tener, simplemente se desvanecerán después de conocer a Albert, éste formidable ejemplo de vida, de lucha, de entereza, de superación, de valentía, de optimismo y de muchos adjetivos mas que no llego a describir con palabras. Gracias por esta lección.
“ Esta es la entrevista de un joven sabio que tiene las claves de cómo afrontar los tiempos actuales:
Tengo 18 años. Vivo en Esparraguera con mis padres y mi hermana Alba
(9). Soy viajero desde los 15 años: Europa, Asia, Sudamérica… Soy
anarquista utópico. Creo tanto en Dios como en un hipopótamo lila. Me
gusta el manga, los disfraces otaku, leer, los videojuegos…
¿Desde cuándo vas en silla de ruedas?
Desde los ocho años. Tuve mononucleosis y leucemia: o me trataban a
saco, con riesgo de provocarme alguna discapacidad, o me moría.
Y fueron a saco...
Sí. ¡Y el resultado ha sido perfecto!
¿No te importa la silla de ruedas?
Si hubiese querido ser futbolista… ¡Pero no hay nada que yo no pueda hacer en mi silla!
¿No?
Subo, bajo, entro, salgo, he atravesado selvas y playas, he viajado por
Francia, Italia, Grecia, Alemania, Escocia, Tailandia, Malasia,
Singapur… Acabo de regresar de un viaje de seis meses por toda
Sudamérica…
¿Con quién viajas?
Me gusta viajar solo.
¿En silla de ruedas… ¡y solo!?
La silla es más ventaja que inconveniente: la gente te pregunta qué te pasa, de dónde vienes… y así haces un montón de amigos.
¿Desde cuándo viajas así?
A los catorce años les dije a mis padres que me iba. Fue muy duro para
ellos permitir mi felicidad. Pusieron una condición: el primer viaje lo
haría acompañado por mi padre. Fuimos a Bruselas y aprendí cosas útiles
para viajar. Y, a partir de los quince años, ya he hecho todos esos
viajes yo solo.
¿Y qué dicen hoy tus padres?
Sufren un poco, pero están contentos viéndome contento. Agradezco que se
hayan esforzado tanto en no ayudarme, en no decirme: “Esto no puedes
hacerlo porque vas en silla de ruedas”. Ellos facilitan mi felicidad.
¿Eres feliz, pues?
Plenamente, pues no hago nada que no quiera hacer en cada momento. Ahora me apetece hablar contigo, y si no, no estaría aquí.
¿Con qué dinero viajas?
Con tres euros al día.
No es posible...
Hace seis meses salí de casa con 20 euros para irme a Sudamérica, ¡y he vuelto con 20 euros en el bolsillo!
Pero… ¿y dónde duermes, y cómo comes y… cómo lo haces?
¿Por qué nos complicamos tanto la vida? Siempre hay dónde dormir,
siempre hay algo que comer. Conoces a gente, y todo fluye. ¡Qué sencillo
es el mundo! Lo he entendido viajando. Bastan cuatro cosas: dormir,
comer, ducharse y hacer amigos.
Dicho así, sí parece fácil.
Claro. ¿Qué impide a todos los europeos hacerse vagabundos? Es maravilloso…
¿Qué buscas en tus viajes?
Ver cómo vive la gente, ver cómo son, conocerles, vivir con ellos, ser su amigo.
¿Y qué opinan tus amigos de aquí?
Me entienden, mis amigos son como yo: todos están haciendo lo que desean hacer, aunque a ellos no les apetece viajar.
¿No te da miedo viajar solo?
¿Qué puede pasarme peor que no realizar mis sueños?
Pueden robarte…
Al poco tiempo volveré a tener lo necesario, ¡seguro! Y nunca podrán robarme lo vivido.
Puedes sufrir un accidente, morir…
Aun así, habría hecho lo que realmente quería, ¡habría sido más feliz que quedándome aquí contra mi deseo!
¿Qué haces al llegar a un sitio nuevo?
Voy a un parque, a una plaza, saco mis naipes… Al cabo de un rato hay niños, ¡y luego medio pueblo está alrededor!
¿Qué te dice la gente nueva con la que te vas encontrando?
Los adultos repiten dos preguntas: “¿De dónde sales?”, “¿Y tus padres?”.
Algunos se escandalizaban de mis padres por dejarme solo… Alguna vez la
policía me ha detenido por si me había escapado… Un niño solo por el
mundo, feliz…, ¿qué tiene de malo?
Hombre…
Ahora, ya con 18 años cumplidos, ¡soy libre!
¿Qué llevas en tu mochila?
Una libreta, algún libro, un boli, una linterna, los naipes para juegos
de manos, jabón, cojín, dos pantalones y dos camisetas, calzoncillos,
chaqueta, botiquín, la tienda de campaña y el kit de reparación de la
silla.
Dime lugares en que hayas dormido...
Playas, vagones de tren, parques, estaciones, coches, campos,
comisarías, castillos en ruinas, casas abandonadas, casas de gente,
cuevas, mansiones…
¿Cuál ha sido el mejor momento?
Viajar de noche en la caja de un camión en marcha, destapada. Podía sacar la cabeza al viento o acurrucarme. Fue chulísimo.
¿Y tu momento más peligroso?
He estado a punto de palmar volcando en un camión, y atravesando una
selva con vampiros, y en una lancha de traficantes de motores entre
islas caribeñas, zarandeados por una tormenta con olas de cinco metros:
me golpeé, caí al agua inconsciente… y pudieron rescatarme por pelos.
¿Qué planes tienes ahora?
Recorrer toda el África oriental hasta llegar a Madagascar.
¿Nada te frena?
Cuando haces lo que de verdad quieres, el Universo entero conspira a tu
favor. Mira alrededor y decide: tú puedes elegir vivir triste o
contento. Yo elijo la felicidad. No veo entre nosotros razones para ser
infeliz.
¿Y no piensas estudiar, trabajar…?
No, si no me divierte. Me gustaría ser mediador o acoger niños… A veces
me dicen: “Si no trabajas, ¡de viejo serás pobre!”. Pero, si llego a
viejo, ¡tendré amigos por todo el mundo! ¿Se puede tener más?”
FUENTE : Esta es la entrevista completa extraída desde la revista THE SECRET . Quiero aprovechar desde aquí para agradecer a Marta Texidó, su Editora y Directora, quien me ha permitido desinteresadamente utilizar este material para compartirlo con todos ustedes. Les recomiendo que visiten la revista, encontrarán temas muy interesantes. Tendrán disponible un link directo haciendo clic sobre su nombre. Como siempre, gracias por estar ahí y seguir conectados a éste blog, nos vemos pronto. Un abrazo para todos/as.
Pincha en comentarios y deja el tuyo si te apetece. Gracias, seguimos en contacto.
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